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Channel: Las libretas de Calohe
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Limones helados

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Siempre quise saber hacerlos..., me traen recuerdos..., y por unas cosas u otras no ha sido hasta este verano...., lástima! Son sencillos, están deliciosos, no precisas heladera, los puedes tener preparados de antemano y te hacen quedar re-bien.
Leí hace unos días que los helados que se preparan con merengue no precisan de heladera... y es cierto! El resultado es muy bueno; sólo hay que tener la precaución de sacarlos 30 mn. antes para la nevera antes de degustarlos.
He utilizado unos limones 100% ecológicos..., del huerto familiar: grandes, aromáticos y con gran sabor. Te aconsejo limones de piel gruesa para que sean más fáciles de vaciar.


Para 6 limones helados precisamos ingredientes:
6 limones vacíos
El jugo de 3 limones (90 ml.)
45 ml. de leche condensada
2 yemas y 2 claras
30 gr. de azúcar


Preparación:
Lavar los limones.
Cortar/ igualar la base para que se sostengan de pie.
Cortar un casquete superior y reservar.
Vaciar los limones, lo más gordo con cuchillo y después con un sacabocados.
Poner la pulpa de limón en la licuadora o en el chino, para obtener el zumo (podríamos también añadir algo de ralladura de los "culos" de los limones)
Batir las 2 yemas con los 45 ml. de leche condensada. Añadir los 90 ml. de jugo y seguir batiendo (no hemos de preocuparnos por los huevos -salvo de que estén frescos-, pues el limón cocina los alimentos)
Aparte batir las 2 claras a punto de nieve, añadir los 30 gr. de azúcar y seguir batiendo hasta obtener un merengue.
Unir las 2 mezclas con cuidado, rellenar los limones y llevar al congelador.
Cubrir con sus sombreros y servir después de haberlos tenido 30 mn. en la nevera. 
 
Inspiración: aquí

Ensalada 7 capas (EEUU)

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He leído que la ensalada de siete capas es un plato estadounidense que incluye una colorida combinación de siete capas de ingredientes: lechuga iceberg, tomate, pepino, cebolla, guisantes, huevo duro, queso cheddar y trocitos de panceta. La ensalada se cubre con un aliño a base de mahonesa y a veces se añade nata agria. Se sirve en un bol de cristal, de forma que las capas puedan verse. La receta se asocia a menudo con potlucks(forma colectiva de aportar alimentos a una reunión o banquete), picnics y parrilladas, cuando se reúne mucha gente para comer. Hay muchas variantes de la ensalada de siete capas, pudiéndose elaborar con capas adicionales (a veces con menos).

Aunque hay muchas variantes, la ensalada de siete capas tradicional ha permanecido igual durante décadas. El plato pudo haber surgido en el sur de los Estados Unidos. Se ha dicho que ha «ayudado a dar a las ensaladas de los años 1950 una mala reputación ... en lo relativo a la salud.»
 
Variantes populares caseras de la ensalada incluyen jamón, champiñones, apio, zanahoria y pimiento. El plato sigue siendo fundamental en las fiestas, y su impresionante altura y disposición en capas ha sido adaptada por algunos chefs, aunque «las madres estadounidenses ya ponían capas mucho antes de que los chefs actuales hubieran nacido.» Entre los cocineros que han modificado la receta están los del restaurante Aura en la Lincoln Road de Florida, que incluyen mozzarella en rodajas, tomate y albahaca para obtener capas rojas, verdes y blancas, y otros que emplean fruta para rebajar los ingredientes grasos, sustituyendo el aliño de mahonesa o nata agria por yogur bajo en calorías o vinagreta, y cambiando los ingredientes por otros étnicos o gourmet. Otro chef que sirve recetas con «sentido del humor» ofrece «una ensalada de siete capas actualizada en una tortilla, donde la ternera picada de los años 70 es sustituida por gamba a la parrilla.».

La ensalada de siete capas tiene bastante seguidores, incluyendo a Rita Mae Brown.

  
Ingredientes (para 2 tarros de 500 ml.):
Unas hojas de lechuga
Un tomate grande
Una cebolla morada grande
Un bote pequeño de guisantes
Mahonesa
100 gr. de queso cheddar (yo usé feta)
6 lonchas de bacon

 
Preparación. Tan complicada como:
Lavar lechuga y pelar tomate.
La lechuga cortarla en juliana y el tomate cortarlo en cuadraditos.
Picar la cebolla en juliana.
Cortar el queso en taquitos.
Freír el bacon en la sartén o en el micro (entre dos papeles absorbentes, a máxima potencia unos minutos -unos 5 dependiendo del micro-)
 
 
Montaje:
En el fondo, capa de lechuga.
Luego tomate y cebolla.
Después guisantes y mahonesa.
Finalmente queso, para terminar adornando con el bacon.
 
 
Presentación:
En tarros o boles de cristal, para que luzca bonita.
Será el comensal el que revuelva su propia ensalada.
 


Helado de Nocilla. Sin heladera. Sin remover.

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Ya he encontrado competidor para el helado de café de Nigella : el helado de Nocilla! (o de Nutella..., es que yo soy de galletas Cuétara y Nocilla). Fácil no, lo siguiente! Sin desempolvar la heladera (que la mía va a formar estalactitas de tanto permanecer quieta en el congelador). Cremoso no, lo siguiente! Y con sabor a crema de leche-cacao-avellanas y azúcar! De puro vicio!


Ingredientes:
300 ml. de nata para montar
200 ml. de leche condensada
300 gr. de Nocilla o Nutella
Chorrete de licor al gusto (de chocolate, de naranja, de choco-cereza...)
 
Preparación:
Batir la nata con la leche condensada hasta que monte (cuando las varillas empiezan a dejar surco; ojo que no se corte). No quedará firme como nata montada, pero sí aumentará de volumen y quedará muy densa.
Añadir el chorrete de licor al gusto y seguir batiendo.
Fundir 1 mn. la Nocilla en el "micro", revolver mirando que no esté caliente e incorporar a la mezcla anterior. Seguimos usando la varilla.
Al congelador unas horas y listo!


Inspiración: aquí

Pizza-Sol

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Una pizza "divertida" para el verano, que permite ponerla en una mesa en la terraza o llevarla al campo y que cada cual "arranque" su rayo de sol sin más complicaciones... Con las cantidades indicadas, sale una pizza de 30 cm. y 24 porciones.
 
Cuando Bruno Oteiza hablaba un día de las distintas salsas para cobertura de una pizza, la verdad que me quedé un poco sorprendida pues las mías siempre llevan salsa de tomate..., pero al parecer la cobertura también puede ser de nata o de pasta de habas, sí, sí, de habas! Y esta pizza-sol lleva nata: distinta pero muy buena. 


 
Ingredientes masa:
200 ml. de cerveza
50 ml. de aceite
1 cta. de sal
1 sobre de levadura seca de panadería
400 gr. de harina
 
Ingredientes del relleno:
100 gr. de bacon
2 cebollas
1 diente de ajo
40 gr. de queso de cabra
30 gr. de queso para pizza
2 cdas. de crème fraîche
Pimienta y orégano
 
 
Preparación de la masa en Thermomix:
Poner los 200 ml. de cerveza, los 50 ml. de aceite y la cta. de sal y darle durante 30 sg., T40º, V2
Añadir la levadura seca y remover 15 sg., V3
Por último, incorporar los 400 gr. de harina y 1 mn., VEspiga.
Reposar mínimo 30 mn.

Sin thermomix:
Mezcla los líquidos a temperatura ambiente y luego añade los secos. Deja reposar.
 
Preparación relleno:
Dorar el diente de ajo con las 2 cebollas y el bacon (la propia grasa del bacon bastaría).
En un vaso batidor, poner la fritada -desgrasada-, los dos tipos de queso, la crème fraîche, la pimienta y el orégano.
Con batidora o similar, triturar todo.
 


Montaje de la pizza:
Dividir la masa en dos y formar 2 círculos de 30 cm. de diámetro.
Sobre uno de ellos, poner en el centro un par de cucharadas del relleno.
Dejar un espacio y con el resto del relleno formar una anillo concéntrico al círculo central. Puedes verlo aquí .
Poner el otro disco encima.
Presionar alrededor de lo que va a ser el núcleo del sol y todo alrededor de la pizza.
Con un cortador de pizza, ir cortando "rayos" de sol de forma "prolija"
Luego girar cada una de las porciones.
 
Horneado:
Precalentar el horno a 250º y bajar luego a 225º.
Hornear por 15-20 mn.
 

Inspiración: aquí

Helado de fresas con nata de Nora. Sin heladera, sin revolver.

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¿Qué quién es Nora? Pues era la cocinera de la madre de Alice Babette Toklas y dejó de serlo cuando cerca de los cuarenta se casó con un obrero bien pagado y acto seguido se puso a traer al mundo a cinco o seis hijos. Ella, que había sido una cocinera espléndida, pasó a alimentar a su familia, incluyendo s su retoño más joven , a base de comida en lata. Fue toda una precursora! Este helado que preparaba se congelaba en una "heladera automática" inventada por aquel entonces (estamos hablando de principios del siglo XX)
 
Me ha dado mucho que pensar este helado..., qué auténticas maravillas se hacían hace tantos años, sin ni siquiera la décima parte de "cacharritos" que ahora...
 
El helado recuerda mucho al de la "Ramos" de Ferrol..., cremosito, con sabor a fresas con nata..., una auténtica maravilla! Y se puede comer tan pronto sale del congelador, al igual que el de Nocilla o el de café de Nigella .
 
Ingredientes:
250 ml. de nata de montar
100 gr. de azúcar glass (pienso que llegaría la mitad o menos)
280 gr. de una buena mermelada de fresa, ideal casera y con trocitos de fresa
3 claras y unas gotas de limón
Opcional: chorrito de licor de fresa (en la receta original no venía, pero yo se lo he puesto y genial!)
 
 
Preparación:
Montar los 250 ml. de nata con el azúcar.
Meter los 280 gr. de mermelada en el "micro" lo justo para licuarla un poco. Dejar templar.
Mezclar la nata montada con la mermelada usando una lengua, con movimientos envolventes.
Montar las 3 claras a punto de nieve con unas gotas de limón.
Unir las claras "levantadas" con la mezcla de nata, despacio, con lengua y movimientos envolventes.
Al congelador y listo! Sacar en el momento justo de consumir.
 
 

Mini-pizzas expréss. Masa con 3 ingredientes, en 5 minutos.

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Una receta llegada directamente desde Australia, para hacernos más fácil las meriendas del verano. Perfecta para resolver un antojo de pizza si no tenemos ganas de amasar o para improvisar una merienda de críos o una cena informal... No nos ocupará más de cinco minutos amasar, entre tanto calentamos el horno, formamos y rellenamos; 10 minutos de horno y listo! No sobrarán, pero si así fuera, recalentamos con golpe de horno o de micro y perfectas!
 
Podemos hacer la versión vegana utilizando un yogur de soja.
 
 
Ingredientes masa:
1 taza de yogur griego
1 taza de harina con levadura o harina de todo uso y 5 gr. de levadura instantánea. Puede ser necesaria más harina
1 cta. rasa de sal
 
Ingredientes relleno:
Los deseados: tomate, jamón cocido, queso, orégano, albahaca, gotas de aceite, ...
No cargar demasiado para que la masa pueda desarrollar y cocerse
 
 
Preparación:
Unir los ingredientes de la masa y amasar hasta que formemos una bola pringosa pero no pegajosa. Puede ser necesaria más de una taza de harina.
Estirar sobre papel de hornear de modo que quede bien fina. Obtendremos unos 8 discos de 14 cm. de diámetro.
Pintar los discos con salsa de tomate, poner un poco de jamón cocido y queso mozzarella. Orégano y albahaca. Gotas de aceite.
Hornear a 200 º por unos 10 mn. o hasta que doradas. Veremos cómo la masa hace burbujas por acción de la levadura instantánea.
 

Panna Cotta de Nutella

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Si no quieres ser infiel, aléjate de la tentación. No, no es una arenga moral. Es la conclusión a lo que me ha pasado esta mañana: después de tropecientos años siendo fiel a la Nocilla, recién he sucumbido a la Nutella. Y lo triste fue que la tentación llegó tan sólo en forma de tamaño...: en el supermercado había la Nocilla en tamaño pequeño y la Nutella en tamaño grande y me dije "mejor éste, que me llega para más veces" y ese fue el principio del fin, porque cuando la probé..., pues debo ser sincera, me gustó más!
 
Por otra parte, nunca me había sentido tentada por la Panna Cotta. Sólo el complemento "de Nutella" (traducido todavía por aquel entonces en mi mente como "Nocilla") logró hacer que me interesase por este postre italiano, el más popular de dicha nacionalidad en nuestro país junto al tiramisú. Sí, confieso que tengo un trauma con esta crema de avellanas: yo era una cría rellenita y casi nunca me la daban para merendar..., así que ahora debe ser que me desquito! Y debo decir también que este postre me ha conquistado por su sencillez de elaboración y delicadeza al paladar.
 
Panna cotta significa literalmente "nata cocida". El postre debe su origen (Piamonte-Italia) a la necesidad de aprovechar la gran producción de leche de la región en la que nació. Elaborado a partir de crema de leche, azúcar, gelificantes y/o aromas, se suele adornar con mermelada/ frutas rojas . También se puede hacer de queso. Recuerda al flan pero su sabor es más lácteo, y tiene una textura más parecida a la de la gelatina que a la del flan.
 
 
Ingredientes:
8 gr. de gelatina en hojas
360 ml. de nata
Esencia de vainilla en gotas (o en rama)
300 gr. de Nutella (o Nocilla, crema de avellanas casera)
Pizca de sal
240 ml. de leche
 
 
Preparación:
Primero ponemos la gelatina a hidratar.
En un cacito ponemos a calentar la nata con la vainilla, justo hasta el momento en que empieza a hervir. Retiramos y esperamos 2 minutos.
Echamos la gelatina escurrida sobre la nata y removemos hasta disolver.
Vertemos la mezcla de nata sobre un bol que contenga la Nutella y una pizca de sal. Esperamos dos minutos para que la Nutella se caliente y se funda más fácilmente. Removemos con una varilla.
Añadimos los 240 ml. de leche. Terminamos de homogeneizar.
Es importante colar la mezcla para que quede más fina y sin grumos.
Verter en los moldes elegidos y refrigerar por un par de horas o hasta que veamos que coge firmeza.
A la hora de presentar, decorar al gusto. Con unas frutillas rojas quedan preciosas, pero también puedes usar virutas de chocolate o fideos de colores...
 


Fuente: Mª Luisa Barreiro
  

Galletas rayadas de la abuela (no de la mía...)

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Los que me conocen saben que hoy es para los míos un día de recogimiento... y la verdad que el tiempo acompaña, pues se ha puesto a llover y no para. En estos momentos de tristeza,  nostalgia, recuerdos y añoranza por el ser querido que se fue, una buena taza de café con leche con unas galletas, a mí, personalmente, me reconforta un poco el alma y también el cuerpo destemplado.

Ésta es de esas recetas que a mí más me gustan, de las que pasan "boca a oído" de generación en generación. Al parecer, antaño había un molde de aluminio para hacerlas, pero yo he usado un rodillo de fondant con rayas cruzadas. También debo decir que originalmente son rectangulares y con rayas perpendiculares; por lo demás, ninguna complicación para unas galletas deliciosas y crocantes.
 
 
Ingredientes:
200 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
130 gr. de azúcar glass
1 yema y 1 clara batida a punto de nieve
1 cta. de extracto de vainilla
300 gr. de harina
1/2 cta. de impulsor químico tipo Royal
 
 
Preparación:
Batir la mantequilla hasta que se vuelva cremosa.
Añadir el azúcar glass. Continuar batiendo.
Incorporar la yema y el extracto de vainilla.
Unir la clara "levantada" con movimientos envolventes.
Por último, echar la harina tamizada con el impulsor.
La masa debe quedar "pringosa" pero no pegajosa.
Estirar la masa, dejar fina y pasar por encima el rodillo elegido.
Utilizar un cortapastas para darles la forma deseada.
Hornear a 180º hasta que estén doraditas.
Dejar enfriar y guardar en latas.
Se conservan muy bien por varios días (si se diera el caso...)
 


Fuente: Mundorecetas. Galletas de la abuelita. Beagala.

Especial "Conservas de verano"

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El mes de septiembre es, en mi caso, el mes de las conservas: bonito, pimientos asados, pisto, salsa de tomate... y también membrillo, pero a éste le dedicaré otra entrada. Además es tiempo de hacer la mermelada de ciruelas o de melocotón de Calanda... El huerto familiar produce sin dar tregua y no podemos dejar que se pierdan tan valiosos frutos. Lo cierto es que suelo terminar agotada y que a veces rezo porque no lleguen más cestas de nada a mi casa...
 
Estas recetas han ido evolucionando con el tiempo, como yo misma... :
La receta de bonito es la mejor de cuántas he probado. En pocos pasos y realmente jugoso y al punto de sal.
Sobre los pimientos morrones: no encontrarás una receta con la cual sean más fáciles de pelar.
La salsa de tomate definitiva. Es una salsa "a la italiana", profundamente sabrosa y aromática. Excelente para pasta o para pizzas o para lo que quieras. Puedas pasarla por el "pasa-purés", por la batidora o dejarla tal cual si te gusta encontrar trocitos...
Así es como yo lo hago:
 
Generalidades:
  • Uso los botes más sencillos en distintos tamaños porque se acomodan fácilmente en los armarios. Los reutilizo continuamente con la sola precaución de reponer las tapas estropeadas ya que las venden sueltas. Las tapas no deben tener ningún tipo de marca.
  • Para abrirlos lo mejor es usar un abre-botes al uso, que rompe el vacío sin estropear las tapas.
  • El modo más sencillo de esterilizarlos para su uso es el lavavajillas.
  • Los botes se rellenan casi siempre en caliente, teniendo la precaución de templar los botes para que no estallen. Personalmente, los relleno valiéndome de una jarra de porcelana esmaltada blanca; sin duda, el mejor método para mí.
  • Se llenan casi hasta el borde, dejando una pequeña cámara de 2 ó 3 mm.
  • Es importante limpiar los bordes antes de cerrar bien.
  • Para hacer el vacío, uso siempre la misma regla: en la olla a presión, con un paño en el fondo y que se meta entre los botes para que no se "trasteen". Agua hasta las tapas. 10 minutos a presión. Dejar que la olla se despresurice por sí sola y dejar que los botes se enfríen en el agua de la marmita. Si estamos por casa sentiremos como las tapas van haciendo "clac" al hacerse el vacío.
  • Este año, en uno de los programas de "Los Larpeiros" aprendí dos trucos más: si los botes se han engrasado por fuera en la olla a presión (suele pasar con el bonito y con la salsa de tomate por ej.), podemos meterlos en un programa corto del lavavajillas, puestos de pie. Después de esto, si queremos confirmar que el vacío está bien hecho antes de conservar de un año para otro, ponemos volteados sobre un cartón toda la noche. Si por la mañana el cartón sigue limpio, sin rastros de jugos, el vacío está perfecto.
  • Conservaremos nuestros botes alejados de la luz y del calor.
  • En general, las conservas duran un año. Lo cierto es que pueden durar más (fíjate en que la tapa siempre hace "clac" al abrirla), pero por ej. las mermeladas van cambiando de color. Y el bonito dura años, estando cada vez más rico.
  • Desecharemos los botes con la tapa abombada o que no hace "clac" al abrir, los que presentan derrames por la zona de la rosca y los que presenten un cambio de color "sospechoso". Lo cierto es que haciendo bien las cosas, no suele haber problemas.
 
Bonito en conserva:
  • Medimos nuestros botes y pedimos a la pescadera que nos haga rodajas del ancho aproximado a la altura de nuestros botes.
  • Por medio kilo de bonito preparamos una salmuera con 2 litros de agua y 200 gr. de sal. Dejamos ahí por 2 horas. Escurrimos.
  • Cogemos nuestra slow-cooker, o nuestra GM o FC en el programa de cocción lenta o simplemente una olla que vigilaremos para que el aceite no fría sino que confite (por debajo de 90º y por encima de 60º). Ponemos 500 ml. de aceite (si preparas más cantidad, el aceite preciso para cubrir el género), 4 dientes de  ajo, 2 hojas de laurel y unas bolas de pimienta. Cuando el ajo empiece a dorarse, ponemos el bonito escurrido y dejamos -por debajo de 90º- tres horas.
  • Si no lo hicimos antes, al terminar, pelamos y quitamos las espinas al bonito. Desechamos las partes negras.
  • Acomodamos los trozos de bonito sin piel ni espinas -desechamos las zonas negras- en el interior de los botes y rellenamos con el aceite de confitar colado hasta 2 ó 3 mm. del borde. Limpiamos los bordes con un papel y cerramos apretando bien. Acomodamos los botes -a mí me caben 4- en la olla a presión con un paño de cocina en el fondo, cuyas puntas metemos entre los botes para que no se "trasteen". Echamos agua hasta las tapas. Desde que la olla coge presión, 10 mn. Dejamos despresurizar sola y dejamos que los botes enfríen en esa agua.
  • Podemos quitarles la grasa lavándolos en un programa corto en el lavavajillas, puestos de pie. Secamos y volteamos sobre un cartón, dejando una noche para comprobar que el vacío es perfecto. Si es así, el cartón no estará manchado por la mañana.
  • Por medio kilo de bonito, llenaremos 2 ó 3 botes de 250 ml.
 
Pimientos asados (al estilo de Tito):
  • Se lavan por fuera sin quitarles nada, ni pedúnculo no semillas.
  • No se les echa nada (ni aceite ni sal).
  • Se acomodan en bandeja de horno y se ponen a temperatura de 250º por 15 minutos.
  • Luego se apaga el horno y se dejan ahí toda la noche.
  • Por la mañana se les quitan la piel y las semillas (es importante que ninguna se cuele en las conservas para no estropearlas).
  • Se meten los pimientos en los botes, poniendo también un diente de ajo por bote y se rellenan con el líquido que han soltado colado. Este líquido no será suficiente, así que hasta 2 ó 3 mm. del borde se terminan de rellenar con aceite. Limpiar bordes y cerrar bien.
  • Acomodamos los botes -a mí me caben 4- en la olla a presión con un paño de cocina en el fondo, cuyas puntas metemos entre los botes para que no se "trasteen". Echamos agua hasta las tapas. Desde que la olla coge presión, 10 mn. Dejamos despresurizar sola y dejamos que los botes enfríen en esa agua.
  • Podemos quitarles la grasa lavándolos en un programa corto en el lavavajillas, puestos de pie. Secamos y volteamos sobre un cartón, dejando una noche para comprobar que el vacío es perfecto. Si es así el cartón no estará manchado por la mañana.
  • Con una bandeja de pimientos -unos 10-, dependiendo de lo carnosos que sean, obtendremos unos 6 ó 7 botes de 250 ml.


 
Salsa de tomate definitiva (basada en una receta de Cristina, de Kanela y limón, pero modificada):
  • Empiezo haciendo esta receta sobre el fuego y luego la paso al horno. Utiliza una olla lo más ancha y baja posible, para que la superficie de asado de la salsa sea mayor.
  • En unos 50 ml. de aceite doramos 2 ó 3 dientes de ajo picados menudos.
  • Cuando empiecen a dorarse, añadimos 2 cebollas medianas picadas menudas.
  • A continuación, ponemos 2 pimientos italianos verdes picaditos.
  • Vamos echando el tomate (unos cuatro o cinco kilos) sin piel (podemos pelarlos con cuchillo o escaldarlos un minuto en agua hirviendo haciendo una cruz en la piel) y en trozos sin que dejen de cocinarse.
  • Ponemos 1 cta. de azúcar y 1 cta. de sal.
  • Añadimos un buen trozo de miga de pan rallada o desmenuzada muy menudita. Esto convertirá nuestra salsa de tomate en una salsa espesa y ligada como la de nuestras abuelas.
  • Por encima de todo, ponemos 2 ramas de orégano (el romero también funciona bien), 2 ramas de albahaca y unas hojas de laurel.
  • Metemos en el horno a 200º hasta que haya reducido 1/3. Las salsas hechas por italianas (yo tengo una tía casi-italiana) pasan mucho tiempo a fuego lento, reduciéndose y concentrándose.
  • De vez en cuando, removemos con una varilla. Pasada una hora, ponemos 1 cda. de vinagre de Módena.
  • Al terminar, echar un poco de salsa en cada bote para templar (podemos dejar tal cual, pasar por pasa-purés o utilizar batidora). Rellenar con jarra esmaltada casi hasta el borde. Limpiar bordes. Cerrar.
  • Poner en olla a presión, con paño en fondo y bordes. Echar agua hasta la tapa botes. A presión por 10 mn. Dejar que la olla despresurice sola. Los botes deben enfriar en esa misma agua.
  • Podemos lavar botes en programa corto lavavajillas, secar y voltear sobre cartón, dejando así una noche para comprobar un vacío correcto.




Especial "Dulce de membrillo: tres formas de hacerlo"

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En mi casa siempre se ha hecho "membrillo" a secas, sin el "dulce" delante, pero entiendo que el membrillo -la fruta- ya viene hecha y que con ella preparamos "dulce", "mermelada" o "cascos" de membrillo. Recuerdo a las mujeres de mi familia haciendo "membrillo" desde bien pequeña; por la parte de atrás de la casa de mi abuela materna (Roupar-Lugo), había un membrillero que algunos años -la naturaleza es caprichosa- producía excelentes frutos que se veían desde la ventana de la cocina... Lo hacían en grandes ollas de aquellas de porcelana esmaltada roja, remueve que te remueve... y  crecí oyendo que "salpica mucho" (lo cual nunca me echó para atrás).
 
Adoro las galletas y el chocolate, pero no hay postre mejor que una rebanada de pan de casa con un trozo de queso mantecoso (el de la D.O.P Arzúa - Ulloa es una pasada de bueno) y una lasca de membrillo. El membrillo también marida bien con las nueces, de hecho al verterlo en los moldes puedes añadir unas nueces peladas, pero mi experiencia me dice que tienden a reblandecerse con el paso del tiempo, así que ahora prefiero añadirlas en el momento de comerlo. Si quieres queso con membrillo, pero en plan sofisticado, mira aquí .
 
Probablemente sea la receta que más he ensayado, probado y repetido. He tenido fracasos y grandes éxitos y mi receta ha evolucionado tanto que el resultado de hace cinco años nada se parece al actual. Antaño me gustaba oscuro, concentrado, caramelizado... y hoy por hoy me decanto por una versión mucho más ligera, menos edulcorada y de intenso sabor afrutado.
 
Sigue siendo un misterio para mí el motivo por el cual a veces no logramos sobrepasar el punto de mermelada, aunque el control sobre algunas variables disminuye el índice de fracasos, a saber: la calidad de los membrillos, el nivel de pectina, la cantidad de azúcar y el macerado.
 
La receta del membrillo en cacerola es realmente buena, sencilla y con un índice de éxitos del 100% hasta el momento. Es la receta con la que conseguimos un sabor más afrutado. Nos la facilita el establecimiento "Ferretería-Apicultura Vicente" de Lugo, al que el barrio llamamos "la cerería de Vicente". Eternamente agradecida! (y ayer ellos mismos me pasaron una receta de atún embotado que sin duda será la bomba!, pero tengo que probarla primero...). Si te gusta un membrillo denso y oscuro puedes hacer la receta de la thermomix o dejarlo en la cacerola mucho, mucho tiempo. En la olla a presión obtendrás un sabor algo más caramelizado que en la cacerola y un intenso color rojizo; es también una muy buena opción, limpia y rápida.
 
 
Generalidades:
 
Como siempre, escoge una fruta de buena calidad para hacerlo y "huye" de esos frutos lavados, grandotes y amarillos de la grandes superficies. Decídete mejor por membrillo ecológico o "del país" (en Galicia denominamos "del país" a todo aquello que es autóctono o producido por nuestros "paisanos")
 
El nivel de pectina es importante. Los frutos verdes tienen más pectina que los maduros. El limón o la manzana verde también aportan pectina. Los "carozos" de los membrillos contienen mucha pectina. Dicho esto: no te importa que algunos membrillos estén verdes, mejor! Y si quieres puedes poner limón o manzana verde en la mezcla o incluso meter los carozos en una bolsita de legumbres y meterlos en la olla durante la cocción.
 
La regla universal para el dulce y para la mermelada es que para un kilo de fruta se precisa un kilo de azúcar; a la mayoría de la gente le parece excesivo, pero yo te digo que a medida que bajas el nivel de azúcar, aumentas la dificultad para obtener firmeza y que el dulzor del resultado va a depender tanto de la cantidad de azúcar como del tiempo de cocción y la cantidad de agua que se evapore durante el mismo.
 
Los membrillos no se pelan, sólo se cepillan para quitarles la pelusa y se lavan bien.
 
No sé por qué, pero si maceramos las frutas desde la víspera con el azúcar, el resultado, tanto de la mermelada como del dulce, es mejor.
 
Una vez hecho, se deja enfriar -sin tapar- toda la noche. Si a la mañana no hubiese cuajado, podemos conformarnos con la mermelada obtenida o bien podemos cocerlo un poco más para que coja el punto.
 
El membrillo se conserva muy bien en lugar fresco, aunque si disponemos de sitio, lo mejor es ponerlo en el congelador.
 
 
 
Membrillo en cacerola:
Cepillamos y lavamos los membrillos. Los cortamos en cuartos y los despepitamos.
Por cada kilogramo de membrillo calculamos 750 gr. de azúcar.
En una cacerola disponemos los cascos de membrillo y el azúcar en capas.
Dejamos macerar toda la noche en la nevera  y a la mañana siguiente (veremos que ahora hay líquido) ponemos al fuego con una tapa "entornada" (para evitar salpicaduras).
Lo dejamos cocer 20 minutos (o hasta que los cascos estén blandos) y pasamos por la batidora. Si al poner una cucharadita del dulce en un plato éste endurece al enfriar, ya está y si no, lo dejamos cocer un poco más.
Poner en tuppers y dejar enfriar toda la noche. Tapar por la mañana.
 

 
Membrillo "rojo" en olla a presión:
Por 1200 gr. de membrillo calculamos 1000 gr. de azúcar. No es prudente hacer más cantidad de cada vez porque el azúcar "espumea" bastante dentro de la olla.
Cepillamos, lavamos y cortamos los membrillos en cuartos.
Ponemos a macerar membrillos y azúcar en capas alternas en la propia olla durante toda la noche.
Por la mañana poner al fuego y cuando comience a hervir cerrar la olla.
Desde que suba la válvula mantener a fuego medio-bajo (basta que la válvula no se baje) durante no más de 10 minutos.
Dejar despresurizar sola, abrir y pasar por la batidora.
Acomodar en tuppers y dejar así destapados toda la noche.
Por la mañana, tapar los tuppers y conservar en lugar frío.
 

Membrillo "negro" en Thermomix:
Por 1 kg. de membrillos limpios y despepitados, pon una manzana verde, 2 limones sin piel ni pepitas y 1 kg. de azúcar moreno.
Tritura los membrillos solos durante 1 minuto a V5-V6-V7
Luego pon el resto de los ingredientes y tritura todo junto.
Programa 45 mn., 100º, V2
Luego 45 mn., Varoma, V2, sin cubilete y con el cestillo puesto.

 
Attrezzo:
La báscula es una antigua pieza sueca que he conseguido en muy buen estado.
El bote del azúcar forma parte de un conjunto de cinco preciosos botes de cocina de aluminio, que van de mayor a menor, empezando por la harina y terminando por las especias. Eran muy típicos en Francia en la primera mitad del siglo XX. Regalo de una buena amiga que aprecia lo vintage tanto ó más que yo...
La cuchara del azúcar es también de aluminio, una auténtica reliquia!
La tabla de cortar no es vintage, pero es preciosa, hecha con la sección de un olivo.
 

Ni (cuadrado) - ni (brownie). Si (fácil) - si (buenísimo)

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Reconozco que soy un poco cuadriculada y probablemente sea eso lo que frene mi creatividad (sin ir más lejos, el otro día un anticuario pretendía venderme una bacenilla de porcelana esmaltada para mis estilismos culinarios y me negué en rotundo...). Dicho esto, si lleva Royal, pues no es un brownie y si es redondo, pues tampoco es un  brownie... Sí, ya se que con tanto convencionalismo el mundo no avanzaría, pero es como soy...
 
Hacía tiempo que le venía oyendo a mi amiga Rosa las excelencias de este falso-brownie que se hace en la olla programable (por eso es redondo...) y en honor a la verdad no será brownie, pero está de rechupete, tierno y jugoso por dentro y crocante por fuera. La receta (vista en la Juani de Ana Sevilla) aporta además un truco que está muy bien: si tostamos previamente las nueces, esto intensificará su sabor.
 
 
Ingredientes:
150 gr. de nueces peladas y unas gotas de aceite para tostarlas un poco
180 gr. de mantequilla
180 gr. de chocolate de cobertura
3 huevos tamaño "L" a temperatura ambiente
250 gr. de azúcar blanquilla
Pizca de sal
1 cta. de aroma de vainilla
110 gr. de harina
1 cta. de impulsor químico tipo Royal
 

Preparación:
Primero tostamos las nueces en una sartén con unas gotas de aceite. Esto intensificará su sabor. Reservar.
Fundimos los 180 gr. de mantequilla con los 180 gr. de cobertura. Podemos hacerlo conjuntamente en el micro, a máxima potencia por un minuto. Reservamos.
Blanqueamos los 3 huevos con los 250 gr. de azúcar, la pizca de sal y la vainilla. Conseguiremos triplicar el volumen inicial.
Echamos "al hilo" la mezcla de chocolate sobre la mezcla de huevos.
Incorporamos suavemente la harina tamizada con el impulsor y finalmente añadimos las nueces.
Ponemos la mezcla sobre un papel en la cubeta de nuestra olla programable. Programamos la función horno -sin válvula- por unos 45 minutos (podemos hacerlo en molde de 23*23 cm., a 180º en nuestro horno, por unos 45 minutos -según hornos-)
Dejar templar y desmoldar.


Attrezzo:
En esta foto están algunas de mis primeras "antigüedades": la lecherita, el plato de porcelana del brownie y la tacita pequeña azul fueron un regalo de Teresa (la madre de mi amiga Lidia). Fue ella quién me "metió" el gusanillo por estas piezas.
Pronto compré yo, en una almoneda, la tacita azul inglesa con la florecita en su interior.
El azucarero del pájaro es de herencia familiar. Era de mi abuela materna y llegó a mis manos a través de mi tía Maruja.
La cafetera de aluminio es francesa, datada entre 1940-1950.

Callos a la gallega. Receta familiar y receta expréss.

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Hoy, "domingo das mozas", el San Froilán toca a su fin. El menú típico de las fiestas es el "pulpo á feira", la "carne ó caldeiro" y las tejascañas fritas como colofón; aunque justo es decir que es el cefalópodo el que se lleva la palma, en nuestras casas, restaurantes, pulperías y casetas.
 
Pero si bien lo anterior es totalmente cierto, en nuestros hogares, donde lo habitual es tirar la casa por la ventana en estas fechas y recibir a veintitantos comensales uno o más días en la semana grande, es típico preparar callos, para dejar así a nuestros invitados enteramente satisfechos (yo diría que a punto de "estoupar") y seguramente para cierta "comodidad" de la cocinera; así se ha hecho desde lo que la gente alcanza a contarme.

Me ha sorprendido leer que el origen de esta receta estaría en Andalucía, de dónde habría pasado a la zona centro (Madrid por ejemplo) y finalmente a Galicia. Es fácil creer que un plato tan contundente habría tenido sus orígenes en un clima mucho más duro...

Mi receta es heredada de mi tía materna Maruja (una auténtica joya que guardo como la mejor de las herencias), pero también os contaré cómo hacerlos de forma rápida al estilo Arguiñano. Y si he de ser sincera, a mí me gustan los garbanzos con sabor a callos, pero no éstos.
 
 
Generalidades:
 
Los garbanzos requieren de remojo durante 12 horas, mejor en agua templada que en fría.
 
Y así como el resto de las legumbres se ponen en agua fría, los garbanzos se echan con el agua hirviendo y si necesitásemos añadir agua, igualmente tendrá que estar hirviendo.
 
Hoy en día, los callos (diversas partes del estómago de la ternera y también pata) que compramos no precisan de un lavado en profundidad porque han sido lavados incluso con cal, pero los lavaremos con agua y limón e incluso podemos escaldarlos unos minutos.

Cada comensal tendrá una parte preferida en los callos, pero los carniceros suelen preparar una mezcla "a echo", para que todos los lotes queden similares en composición.
 
Al tiempo que ponemos los garbanzos a remojo, pondremos a desalar la uña de cerdo.
 
Hay muchas formas de elaborar esta receta: hay quién cuece primero los callos, para acortar el proceso con los garbanzos; hay quién no adoba los callos y pone los ingredientes del adobo en el momento de cocer; hay quién une al conjunto una lata de callos comerciales para dar sabor...

Para un buen resultado, es imprescindible una buena materia prima.
 
Personalmente me gustan más "recalientes", porque la salsa está mas espesita. Recalentar siempre a fuego muy suave (desde que enfrían forman un bloque compacto que debemos tratar con mimo para no "machacar" los garbanzos).
 
 
Ingredientes del adobo (de víspera):
500 gr. de callos
1 cta. de pimentón dulce
1 cta. de pimentón picante
1 cta. de cominos
1 hoja de laurel
1 rama de perejil (que luego retiraremos)
1 cta. de sal
1 chorrito de aceite
 
Ingredientes a cocer:
Callos adobados
500 gr. de garbanzos remojados
1 uña desalada
1 hueso de rodilla
1 ó 2 chorizos para cocer en rodajas
1 rodaja de jamón serrano de 1 cm. de grosor en taquitos
1 cebolla (se cuece entera y después se chafa para engordar la salsa)
4 dientes de ajo (echar una cabeza entera -con piel- y luego separar 4 dientes y chafar)
Sal
Agua para cubrir
 
Ingredientes de la fritada:
Aceite (unos 75 ml.)
Dos o tres dientes de ajo (que se retiran después).
Pizca de pimentón dulce que se añade con el aceite templado.
Es el momento de rectificar los ingredientes del adobo, si es necesario.
 
 
Preparación tradicional:
En una olla se ponen todos los ingredientes a cocer excepto los garbanzos, el jamón y el chorizo (para la cebolla, los ajos, el perejil y el laurel es mejor usar una red, para tenerlos "localizados")
Cuando el agua hierva, pondremos los garbanzos.
Si es preciso en algún momento añadir agua al conjunto, será agua hirviendo.
Cuando todo lleve unas dos horas cociendo -a fuego suave-, es el momento de añadir el jamón y el chorizo.
El proceso de cocción aún continuará una hora u hora y media (hay que ver que tanto callos como garbanzos están cocidos).
Al terminar, aplastar la cebolla y los 4 dientes de ajo. Retirar el perejil y el laurel
Hacer la fritada con el aceite y los ajos. Dejar templar y echar una puntita de pimentón dulce. Retirar los ajos y verter sobre la olla. Dejar cocer unos minutos para que se amalgamen los sabores.

Elaboración exprés:
Pondremos todos los ingredientes al tiempo (también jamón y chorizo), con la precaución de que el agua hierva para añadir los garbanzos. Cerrar entonces la tapa.
Desde que suben los anillos, 45 mn. Dejar perder presión por sí sola. Retirar el perejil y el laurel. Aplastar la cebolla y los ajos. Añadir la fritada y dejar hervir un par de minutos más.

 
Attrezzo:
La legumbrera es española y antigua.
El plato azul bajo el cuenco en un antiguo plato costumbrista inglés.
El cucharón es antiguo y búlgaro.
El juego de cubiertos también es antiguo.

Especial "Recetas con membrillos". Tres nuevas recetas.

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El otoño nos trae membrillos, calabazas, castañas, granadas, ... De todas ellas, me quedo con las castañas y con los membrillos, sin dudarlo. El olor de estos últimos al cocinarlos me resulta tan entrañable y hogareño..., pero si ello es cierto, también lo es que hasta este año nunca había hecho con ellos otra cosa que el consabido dulce . La tatín la tenía en pendientes hace tiempo y también los cascos de membrillo como se hacen en Hispanoamérica o el bizcocho de membrillo, pero nunca había oído hablar del membrillo especiado hasta que Geles me lo comentó.

Aún encontramos membrillos en nuestros mercados. En esta ocasión no utilicé los "del país" como hice para el dulce, aunque sí unos membrillos ecológicos procedentes de Murcia.
 
Os cuento como preparar los "tres en uno" en un "plis-plas": si haces el doble de membrillo especiado, podrás usar una parte para la tatín y algunos cascos para el bizcocho, así de fácil. Pero lo hagas como lo hagas, que sepas que cualquiera de estas sabrosas recetas dejará un delicioso aroma en tu hogar... En esta ocasión la tatín lleva hojaldre o masa quebrada comerciales, pero si quieres una deliciosa masa casera, mira aquí . El bizcocho de Susana lleva el membrillo en crudo, ralladura de limón y vainilla, lo cual le confiere cierto sabor a donuts, pero yo hice unas variaciones inspiradas en otra receta que le confieren a mi bizcocho cierto sabor navideño.
 
 
Ingredientes membrillos especiados:
4 membrillos grandes
250 ml. de agua
150 ml. de miel
50 ml. de vino de Oporto
10 gr. de azúcar avainillado
2 ramas de canela
1 estrella de anís
 
 
Preparación membrillo especiado:
Partir los membrillos en cuartos, pelar y despepitar. Podemos hacer octavos. Ir poniendo en agua con limón para evitar que se oxiden.
Poner todo los ingredientes -excepto los membrillos- en un cacito al fuego hasta que se funda la miel.
Disponer los membrillos en una fuente refractaria y verter el líquido por encima.
Hornear a 180º por aproximadamente una hora.
Servir solo o acompañados de yogur.
 
 
 
 
Ingredientes tatín de membrillo:
1 plancha de hojaldre o masa quebrada
6 membrillos medianos
250 gr. de azúcar y agua
200 gr. de azúcar y 100 gr. de mantequilla
 
 
Preparación tatín de membrillo:
Trocear los membrillos en cuartos, pelar y despepitar.
Poner a cocer en agua que los cubra y 200 gr. de azúcar. No queremos que queden blandos, los queremos firmes. Escurrir bien.
Hacer un caramelo rubio con 200 gr. de azúcar. Añadir suavemente los 100 gr. de mantequilla. Poner los membrillos en la sartén.
Volcar sobre un molde de 23 cm. encamisado con mantequilla. Aprovechar el caramelo que quede en la sartén y echar por encima. Meter el molde a enfriar en la nevera.
Cuando los membrillos hayan enfriado, sacar de la nevera y cubrir con la masa, "remetiendo" bien por los bordes.
Hornear a 180º unos 30 mn. o hasta que la masa esté dorada.
 



Ingredientes del bizcocho de membrillos y nueces:
3 huevos
200 gr. de azúcar
300 gr. de membrillo crudo, cocido o asado
80 ml. de aceite
Pizca de canela
2 cucharadas de licor de membrillo o de manzana
16 gr. de Royal
200 gr. de harina
100 gr. de nueces molidas 
 
 
Preparación del bizcocho de membrillo y nueces:
Blanquear los 3 huevos con el azúcar.
Añadir el membrillo triturado (en la forma elegida). Mezclar.
Añadir el resto de los ingredientes. Mezclar.
Disponer en molde encamisado y hornear a 180º por una hora. Comprobar el punto con una aguja.

Patatas rellenas. Receta familiar.

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Ya he comentado en más de una ocasión que las recetas en mi familia se transmiten oralmente y "a ojímetro". Por eso cuando le dije a mi madre que le preguntase a mi tía Sara la receta de sus exquisitas patatas rellenas, la respuesta que me trajo unos días después fue: "las hace igual que la carne asada"¿¿¿¿????? Vale, pues lo pongo así en el blog y al tiempo me despido... Como sea que nosotr@s asamos la carne con ajo, cebolla, zanahoria y perejil ... pues ahí va!
 
Ella nos dejó hace unos días, así que valga esta entrada como humilde homenaje a la huella que dejó en mi. No sólo era una excelente hija, hermana, esposa, madre, tía, amiga, ..., sino que cocinaba como los ángeles. Su casa olía -nunca mejor dicho- a gloria cuando estaba cocinando. Y si yo sólo tengo buenos recuerdos culinarios de ella, al revés no era igual..., creo que ella sólo recordaba de mí la primera vez que asé un pollo campero que me habían regalado y el cual -por alguna extraña razón que no alcanzo a recordar- decidí "mondar", sí, sí, le quité la piel antes de cocinarlo... y a ella le gustaba reírse recordándolo...
 
Pero esta receta no sólo evoca a mi tía Sara sino que también me hace recordar a mi abuela materna. En los últimos años cuando llegábamos a Roupar - Lugo, ella se descansaba en sus hijas y les entregaba el timón de la cocina, pero siempre se ofrecía a pelar patatas. Para ello cogía un antiguo "copeto" del pan (parecido al de la foto) con patatas en el regazo y se ponía a la faena...
 
 
Precisiones previas:
 
Nosotr@s vaciamos las patatas dejándolas enteras, por un extremo distal. Luego tapamos el agujero por el cual las hemos vaciado.
 
Los "tapones" que nos queden de vaciar las patatas podemos usarlos para hacer un puré de verduras, para freír o si hacemos una salsa más líquida (que lleve tomate por ejemplo), los doramos y los añadimos a la salsa.
 
Haz un relleno al gusto: con carne picada, con carne asada, con "ropa vieja"... Quedan bien de todos modos. Con o sin bechamel.
 
La salsa de hoy es tipo carne asada, pero puedes hacerla más líquida, con tomate por ejemplo, y añadirle los "tapones" previamente dorados.
 
Las patatas son delicadas de cocinar. Ten cuidado de que no se peguen y no se deshagan.
 


Ingredientes:
4 patatas medianas redonditas
Carne picada cocinada al gusto para rellenar (verduras varias, champiñones incluidos, y carne)
1 taza de bechamel al gusto (la misma cantidad de aceite que de harina; la leche según el espesor deseado; sal y nuez moscada)
2 ó 3 dientes de ajo
3 cebollas grandes
5 ó 6 zanahorias
Sal, perejil y pimienta
1 vaso de vino blanco
 

Preparación:
Comenzamos vaciando las patatas con un "sacabocados" , dejando las paredes aproximadamente de 1 cm. Reservamos los "tapones".
Mezclamos la carne picada con la bechamel (mucha carne, poca bechamel; si la mezcla quedase demasiado líquida, el líquido se saldría de las patatas y complicaría la  elaboración de la receta) y rellenamos las patatas. Cerramos con un par de "tapones" y aseguramos con un palillo.
Ponemos a dorar en una tartera. Cuando estén doraditas, ponemos los dientes de ajo fileteados.
Cuando los dientes de ajo bailen, ponemos la cebolla y la zanahoria picadas. Salpimentar. Perejil. Pochamos.
Añadimos el vino blanco y cuando reduzca un poco dejamos hacer las patatas a fuego muy suave, con la tapa "entornada" y volteando de vez en cuando con mucho cuidado.
 

Attrezzo:
Hoy vemos antiguas tablas de corte francesas y viejos utensilios de aluminio (rustidera, salvamanteles, espumadera y cuchara)
 
 

Malvalisco de chocolate de Julien Merceron

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Hoy una receta golosa para deleite de niños y no tan niños. Una receta que te hará quedar genial si la preparas para regalar...
 
He manejado dos fórmulas, ambas con similar éxito. En la primera, la de Susana-Bocados de cielo , no precisas termómetro y en la segunda, la de "À la mère de famille", sí..., o sea, que aunque voy a poner la receta de la segunda -con la que me han hecho la ola-  te aconsejo tanto que hagas la primera...
 
 
Ingredientes:
10 gr. de gelatina
110 gr. de agua
50 gr. de miel suave como la de acacia
240 gr. de azúcar
3 claras de huevo
50 gr. de chocolate de cobertura
100 gr. de cacao en polvo
 

Preparación:
Poner la gelatina a ablandar en agua fría.
En un cacito, calentar el agua, la miel y el azúcar. La mezcla debe alcanzar los 114º C.
Al tiempo, montar las claras.
Añadir la gelatina escurrida al caramelo.
Poco a poco ir añadiendo el caramelo a las claras montadas sin dejar de batir y aumentando progresivamente la velocidad: el malvalisco subirá y se irá enfriando.
Incorporar la cobertura fundida "al hilo".
Cuando la mezcla esté a 40º C, verter el malvalisco sobre un molde aceitado de 20*20 cm.
Dejar enfriar a temperatura ambiente toda la noche.
Cortar de la forma deseada.
Meter en una bolsa de congelación con cacao para espolvorear bien.
Conservar a resguardo de la humedad (con el paso de los días se van secando)
 
 

Appeltaart o tarta de manzana holandesa. Receta de una seguidora en la sombra.

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La entrada de hoy es muy especial para mí, no sólo por la receta que es excepcional, sino por la forma en que la misma llegó a mis manos...
 
Y es que esta maravillosa tarta se coló en mis libretas en forma de deliciosa sorpresa a través del e-mail: un correo de una seguidora en la sombra, en mi bandeja de entrada, a mediados de semana, que me proporcionó una sobredosis de autoestima, porque ¿hay algo mejor para un blogger gastronómico que ser felicitado por su trabajo? María Z. -éste es su nombre- es malagueña, aunque reside en el extranjero hace varios años, actualmente en Luanda-Angola y desde que hace un par de años hizo mi versión de la tarta muerte por chocolate para un cumpleaños, algunas de las mamás de las compañeras de su hija la llaman "la mamá de la muerte por chocolate".
 
Pero María, aparte de su cariño, me hizo además otro regalo maravilloso: dos recetas internacionales, a cada cual mejor. La tarta de hoy la "heredó" de la familia de su marido holandés y es francamente exquisita (María me cuenta que en los países de habla portuguesa esta palabra significa exactamente lo contrario que en español). No alcanzo a imaginar obsequio mejor que una receta "heredada", experimentada por largo tiempo, que pasa de generación en generación... Curiosidades de la vida, recuerda a la tarta de manzana y canela Starbucks que versioné tras venir de Lisboa y por supuesto a los famosos Apple Pie americanos que tenía en pendientes hace mil años.
 
Debó decir aquí que aunque existen diversas recetas de Appeltaart, quizá lo más típico de la tarta de manzana holandesa, de gruesas y altas paredes e interior de manzana y frutos secos, sea el enrejado -aunque puede suprimirse- que yo quise hacer con el utensilio propio del hojaldre, pero con escaso éxito. Resulta llamativo -al menos para mí- la utilización de natillas en polvo para el relleno; creo que la mezcla de las natillas y los líquidos aportan cohesión al interior según la tarta va enfriando, por ello es importante dejar templar la tarta antes de comerla, para que el interior se asiente.
 
Aunque las fotos tal vez hoy no le hagan justicia, una tarta a la altura de los más altos acontecimientos a celebrar. Digna incluso de nuestras celebraciones navideñas.
 
 
Precisiones previas:
 
Utiliza manzanas adecuadas para horneado o repostería, que no suelten demasiada agua, tipo Reineta, Tabardilla o Golden.
 
María me dice que es importante cocerla a fuego moderado -160º- para que la manzana se cueza bien. Decir que aunque en la mía se ven los cuadraditos de manz, está perfectamente cocida.
 
Para el enrejado y dado que la masa no es muy fácil de manejar: estirar la masa y cortar tiras longitudinales que pasamos a encima de la tarta con el propio cuchillo, disponiendo 4 ó 5 tiras paralelas y separadas en un sentido y otras 4 ó 5 tiras paralelas en el perpendicular y entrelazando ambos grupos.
 
Deja templar la tarta antes de comerla, para que el interior se asiente.
 
Se come templada o fría, sola -en mi caso- o acompañada de nata montada o helado de vainilla.
 
Se mantiene estupenda fuera de la nevera por dos días, tapada con film.
 
 
Ingredientes de la masa:
300 gr. de harina
125 gr. de azúcar blanco grano
Pizca de sal
200 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
1 yema de huevo
 

 
Preparación de la masa:
Amasar los ingredientes con las manos, sin trabajar demasiado, que quede arenosa.
2/3 se utilizan para el fondo de un molde de 23 cm. (María usa uno un poco mayor y le queda más fina) y 1/3 para la cubierta.
La masa de la tapa se mete en la nevera una media hora, en tanto vamos montando la tarta.
 
 
Ingredientes relleno:
1 kg. de manzanas
100 gr de pasas sin pepitas o arándanos secos
100 ml. de zumo de naranja
2 ctas. de canela
2 cdas. de azúcar
2 cdas. de natillas en polvo o "custard power"
 

Preparación del relleno:
Poner a cocer las pasas en el zumo de naranja hasta que éste desaparezca.
Pelar las manzanas y partirlas en cuartos. Ir depositándolas en un bol con agua y unas gotas de limón.
Cortar las manzanas en cuadraditos e ir echándolas en un bol amplio.
Poner en el bol el azúcar, la canela y los polvos de natilla. Añadir las pasas hidratadas en zumo y escurridas. Revolver y mezclar bien.

 
Montaje y horneado:
Los 2/3 de la masa se usan para la base de la tarta. Molde 23 cm. (María me dice que usa un molde un poco mayor y que le sale más fina)
Sobre la base se pone el relleno.
Tapamos con un enrejado que hacemos con el 1/3 de masa restante. Dado que la masa no es muy fácil de manejar: estirar la masa y cortar tiras longitudinales que pasamos a encima de la tarta con el propio cuchillo, disponiendo 4 ó 5 tiras paralelas y separadas en un sentido y otras 4 ó 5 tiras paralelas en el perpendicular, entrelazando ambos grupos.
Horneamos por 45 mn. a 160º (según hornos, en el mío es a 180º por unos 60 minutos).
Al salir pintamos con un poco de mermelada de albaricoque (así lo hago yo: 3 cdas. de mermelada diluidas en un poco de agua -2 cdas.- y todo ello caliente)
Dejar templar antes de comer. Comer templada o fría. Acompañar, si se desea, de nata montada o helado de vainilla.
Se conserva bien por dos días fuera de la nevera, tapada con film.
 
 
Gracias de nuevo María Z! Espero haber interpretado tus explicaciones lo mejor posible y que te haya gustado el resultado, que aunque no perfecto, se ha intentado, ja, ja

Bacalao al pil-pil expréss. En 10 minutos. Nunca falla!

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Sé que los puristas se llevarán las manos a la cabeza, pero bien pensado el pil-pil no es más que una emulsión de agua, gelatina y aceite, así que no creo que lo importante sea el modo de hacer la emulsión, sino el resultado. En todo caso, no es mi intención molestar a nadie, sino presentar otra forma de hacer el bacalao más rápida, sencilla, dietética e igualmente sabrosa. La receta es de Cristina Galiano .
 
Puede que el bacalao al pil-pil tradicional sea una de las recetas de mi bagaje personal con mayor índice de fracasos. No se por qué pero tiene días -será por mi falta de dominio de la técnica, no digo que no-, al igual que el reloj de oro del chiste, así que "a grandes males, grandes remedios"...

No soy una defensora acérrima del microondas, más bien lo contrario, sin embargo siempre digo que hay preparaciones para las cuales resulta una "herramienta" extraordinaria y ésta es una de ellas: sin duda, dónde mejor se cuece el bacalao es en el microondas.

Ventajas de esta receta:
Lleva mucho menos aceite. Entre la mitad y la cuarta parte que la receta tradicional.
No hay que "bailar" la tartera. Menos trabajo y menos tiempo.
El pil-pil queda perfecto, espeso (el mío está más suave porque así lo deseo yo: aligero la mezcla con agua)
 

 
Consideraciones previas:
Para un buen resultado es precisa una buena materia prima. Utiliza un buen bacalao, ya sea salado o congelado y desalado al punto de sal.
Emplea un buen aceite de oliva. Virgen extra es la mejor opción.
La receta está pensada para 400 gr. de bacalao. Si vas a preparar más, hay dos opciones: cocerlo en el micro todo junto, aumentando el tiempo, o hacerlo por tandas e ir acomodándolo en una tartera hasta el momento de echarle el pil-pil por encima.
Si la emulsión queda muy espesa, puedes añadirle agua (como hice yo en este caso, por eso se ve suelta) y si la ves algo líquida, añádele aceite.
 
 
Ingredientes:
400 gr. de bacalao desalado
40 gr. de ajos filetados
2 ó 3 guindillas
100 gr. de aceite de oliva virgen extra
30 ml. del líquido que suelta el bacalao al cocerse
 
 
Preparación:
Cocer el bacalao -bien seco- con la piel hacia abajo a potencia máxima por 5 minutos  en un recipiente tapado apto para microondas (mejor redondo, amplio y bajito). No hay que añadir nada: ni sal, ni agua, ni aceite. Reservar manteniendo caliente.
En una jarrita apta para microondas poner el aceite, las guindillas y los dientes de ajo fileteados. Sofreír a máxima potencia por 3 mn. (podemos hacerlo en una sartén al fuego).
En un vaso batidor ponemos 30 ml. del líquido que han soltado los lomos al cocerse, algunas láminas de ajo y una o dos guindillas (esto va al gusto). Pasamos por la batidora.
Añadir al hilo el aceite para formar una emulsión tipo mahonesa que es ni más ni menos que el pil-pil.
Verter la salsa sobre los lomos de bacalao y listo!
 
 
Attrezzo: las nuevas ollas, rustideras y cazuelitas de "enamel" (porcelana esmaltada) son ahora aptas para la inducción y las hay realmente preciosas, en azul, rojo o negro.
 

Bizcocho con leche hirviendo de Tish Boyle

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Creo que en Galicia lo difícil es no ponerse gordo: vamos de fiesta gastronómica en fiesta gastronómica, tenemos un excelente producto que nos encanta comer y un antiguo y extenso recetario tradicional y por encima el clima invita la mayor parte del año al recogimiento y a reunirse en torno a una mesa... Oí una vez que en Galicia todo lo festejamos con comida y en Andalucía con bailoteo..., pues será verdad! Sin ir más lejos, como este fin de semana parece que ha llegado el diluvio universal, pues no se me ocurre plan mejor que hornear algo para disfrutarlo con el café de media mañana y de media tarde y si llega alguien por la puerta pues mejor que mejor!

Admiro la creatividad de alguna gente, ya sea porque inventan cosas curiosas o porque tienen la genialidad de convertir errores en grandes aciertos: ¿Cómo si no ibas a echarle leche hirviendo a un bizcocho? A menos que tengas una vaca y hayas de hervir la leche para consumirla y como ya la tienes ahí a mano, pues se la echas a la mezcla del bizcocho..., no se me ocurre otro modo. Pero a alguien se le ocurrió: se trata de una receta de Tish Boyle de su libro The cake book.

Y lo que varían las texturas con un pequeño cambio! En general las masas con leche son suaves, y esponjosas, pero en este caso la miga es más bien firme y densa, más adecuada para hacer "sopas" que para embeberse el "cola cao", sin que esto quiera decir que no esté muy bueno, que lo está!


Precisiones previas:
La leche ha de hervir con la mantequilla y la esencia elegida. Volcar inmediatamente sobre el resto de los ingredientes.
Salvo para blanquear los huevos con el azúcar que podemos usar un batidor eléctrico, el resto de las uniones de ingredientes lo haremos con espátula.
La mezcla apenas crece en el horno e incluso se hunde un poco en el centro. Es lo normal. Pero luego veremos la miga perfectamente desarrollada.


Ingredientes:
3 huevos
170 gr. de azúcar
170 gr. de harina
8 gr. de Royal
Pizca de sal
120 ml. de leche
60 gr. de mantequilla
Esencia de vainilla u otra al gusto


Preparación:
Blanquear los huevos con el azúcar.
Añadir la harina tamizada, el Royal y la sal, mezclando con una espátula.
Hervir la leche con la mantequilla y la esencia elegida e incorporar inmediatamente al resto de los ingredientes.
Hornear a 180º por 30 minutos (según hornos)
Presentar espolvoreado de azúcar glass.


"Paté" de salmón

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No soy de patés "de verdad" -entendiendo por tales los elaborados a partir de carne picada o hígado, más grasa- ni de foie grass -hígado hipertrofiado de un pato o ganso sobrealimentado-, ni en general de todo aquello que no sé de qué está hecho o que pueda contener vísceras..., y ello desde bien pequeña, y por lo tanto, jamás merendé pan con el contenido de aquellas latitas de La Piara, bocata que encantaba a alguna de mis amiguitas con las que jugaba en la Plaza de Armas (Ferrol)... Pero dicho esto, como sí soy del "pan con..." -si es pan del país, que es como llamamos aquí al "pan pan", hecho con buena harina y masa madre-, pues me encanta untar el pan con algo, ya sea dulce o salado, pero el "material untable" mejor que sea hecho en casa...

¿Os acordáis por ejemplo del semen de mono o del falso paté de centollo ? Estos sí me los como y me encantan, al igual que el paté de pimientos y berenjena -que hago cuando el huerto familiar produce cantidades ingentes de pimientos morrones- o el paté de aceitunas negras. 

En esta línea, la propuesta de hoy: un maravilloso-falso-paté casi 100% salmón, con una textura fantástica, que elaboraremos en un abrir y cerrar de ojos con un resto de salmón y que hará la delicia de nuestros comensales en un día cualquiera o en una de estas fechas navideñas que ya se aproximan. La receta se la ví a M. Angeles y es un fijo en mi cocina.


Ingredientes:
150 gr. de salmón cocido o asado o a la parrilla (en otras palabras, un resto de salmón), sin piel ni espinas
40 gr. de mantequilla
10 anchoas en aceite
4 cucharadas de nata líquida
20 gr. de cebolla cruda
1 cucharadita de zumo de limón
Pimienta blanca
Sal para rectificar, si es necesario


Preparación:
Tan sencillo como poner todos los ingredientes en un vaso de batidora y triturar.
Lo que sí es importante es tapar y meter en la nevera por dos horas antes de comer, para que coja la textura idónea.


Presentación:
Presentar en pequeñas tarrinas o cuencos, acompañando de tostadas.
Marida bien con pequeños vegetales crujientes como rabanitos o pepinillos.



Roscón de almendras de Villalba (Lugo)

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Hoy, día de la Inmaculada, he colocado los adornos navideños, he puesto los villancicos y me he lanzado cual "posesa" a hornear galletas de Navidad..., o sea, estoy en "modo Navidad" al 100%. Y a vosotr@s ¿os gustan estas fechas? 

Para dar comienzo a tan especiales días, he escogido esta receta tradicional gallega, que me ha acompañado desde niña en muchos acontecimientos familiares, la cual hoy en día saboreamos todo el año -aunque preferentemente en fechas señaladas- pero hay que suponer que antaño era un dulce de altas esferas y ocasiones especiales puesto que el uso de las almendras en repostería podemos decir casi con total seguridad que se debe en nuestra tierra a la floreciente época de monasterios y conventos que, con altas rentas, podían disponer de un producto prácticamente inexistente aquí y ello a partir del siglo XVII. Las recetas eran por aquel entonces algo tan secreto que ni siquiera se escribían y así se perdieron algunas, pero las almendras sí constan en los libros de cuentas de algunos monasterios como gastos extraordinarios de ocasiones especiales (ej. Navidad) junto al azúcar y los huevos.

Se trata de un postre delicioso, especialmente para los amantes de los frutos secos, a la altura de turrones y mazapanes, que podemos preparar con antelación a cualquiera de las fechas señaladas y que nos hará quedar como reyes en cualquier mesa.


Precisiones previas:
El roscón puede hacerse sólo con claras o sólo con yemas, teniendo en cuenta que con yemas se conserva más tiempo y con claras esponja más. Al parecer en Vivero-Lugo lo hacen con más yemas que huevos.
Si se prefiere menos dulce, se puede reducir la cantidad de azúcar y aumentar los huevos.
Hay quién lo aromatiza con ralladura de limón y quién lo aromatiza con coñac.
Se conserva en una lata, envuelto previamente con papel film, más tiempo del que seguro permanecerá en nuestra despensa.


Ingredientes:
3 huevos
500 gr. de azúcar 
500 gr. de almendra cruda molida
Unas gotas de coñac
Harina aproximadamente en cantidad de 100 gr.
Almendras crudas para decorar
Oblea

Preparación:
Se baten los huevos hasta que estén espumosos.
Se incorporan el azúcar, la almendra y el ron. Se amasa todo bien. Tiene que quedar una masa pringosa pero no pegajosa, consistente.
Para ello nos ayudaremos con harina, para conseguir el punto justo (hay que pensar que el tamaño de los huevos aportará cada vez pequeñas diferencias).
En una lata redonda ponemos un círculo de papel de horno en el fondo y encima la oblea.
La masa se coloca en forma de círculo, poniendo un vaso boca abajo en el centro.
Rallamos la superficie con un tenedor y disponemos unas almendras crudas formando dibujos.
Hornear 10 mn. a fuego fuerte (200º) y aproximadamente 50 mn. a 170º (según hornos)


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